Se conocen como pececillos de plata y su nombre es Lepisma saccharina, y son una de las plagas hogareñas más comunes.
Son insectos que se alimentan de los hongos que crecen en zonas húmedas, son alargados, miden de media unos 10 milímetros de largo y suelen acechar en la oscuridad (no son voladores).
Además de hongos, se alimentan de materia orgánica, papel, cartón, silicona o restos de tejido. Y es que estos insectos grisáceos son inofensivos porque ni son peligrosos para las personas ni tratan de atacarnos. Es más, los científicos coinciden en que no pican ni transmiten ningún tipo de enfermedad.
En materia de daños materiales, son un poco más «peligrosos». Si convives con ellos, en ocasiones verás cómo estos pequeños invasores provocan daños en los alimentos, invaden algún tarro de cereales o se comen la esquinita de tu libro favorito.

Pero, ¿Cómo evitar los ‘pececillos plateados’?
Cuanto más húmeda sea la zona en la que vives, más complicado será deshacerte de tus pequeños huéspedes. Entre las recomendaciones más comunes están: tapar juntas y grietas, pues viven en ellas.
Y, por otro lado, mantén tu casa aireada siempre y evita cualquier filtración de agua que pueda existir. Una cosa sencilla y efectiva que puedes hacer es escurrir bien la fregona antes de pasarla.
Si todo esto no te ha funcionado, te recomendamos que pruebes con esparcir canela o esencia de lavanda, ya que estos junto a otros aromas como el limón o la naranja, en los mejores casos, actúan como repelentes naturales.
Recomendación extra: Aunque hayas acabado con la plaga, ten en cuenta que alguna pececilla plateada puede haberte dejado un “regalo” entre las grietas de tu casa, y es que pueden ser entre dos y 20 huevos minúsculos, así que estate atento y échale un ojo.
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