Los operativos en la capital británica, que se llevaron acabado entre el 27 de febrero y el 5 de marzo, dejaron como resultado la detención de más de 200 personas, 1 millón de libras en drogas, cinco armas de fuego, varias espadas y cuchillos, incluida una katana de estilo japonés.
Además de los arrestos, la policía protegió a 177 personas vulnerables durante las redadas. Varios de ellos niños que, según los oficiales, estaban siendo «aprovechados» por las bandas de narcotraficantes y «utilizados como mercancía».
«Estas redes o bandas los trafican y los someten a la esclavitud moderna que involucra un horrendo abuso emocional y físico», dijo el superintendente de detectives Rick Sewart, el principal oficial responsable de las líneas del condado en Scotland Yard.
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