El 8 de mayo de 2025, la Iglesia Católica anunció la elección de su nuevo líder espiritual: el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, quien adoptó el nombre de León XIV. La fumata blanca, emitida a las 18:07 desde la chimenea de la Capilla Sixtina, marcó el fin del cónclave iniciado el día anterior y la elección del 267.º pontífice de la historia.
Prevost, nacido en Chicago en 1955 y con raíces familiares franco-españolas, es el primer papa originario de Estados Unidos. Su trayectoria incluye más de cuatro décadas de labor misionera en Perú y, más recientemente, su desempeño como prefecto del Dicasterio para los Obispos en el Vaticano. Su elección se produjo tras la cuarta votación del cónclave, en la que obtuvo el respaldo de al menos dos tercios de los 133 cardenales electores.
El anuncio oficial fue realizado por el cardenal protodiácono Dominique Mamberti desde el balcón central de la Basílica de San Pedro. En su primera aparición pública, León XIV dirigió un mensaje centrado en la paz, la inclusión y la justicia, recordando con emoción a su predecesor, el papa Francisco, fallecido el 21 de abril a los 88 años. El pontificado de Francisco se destacó por su compromiso con los marginados y sus esfuerzos por reformar la Iglesia, aunque algunas transformaciones quedaron pendientes.
La elección de León XIV se produce en un contexto de desafíos significativos para la Iglesia, incluyendo la necesidad de continuar las reformas iniciadas por Francisco, abordar la crisis de vocaciones y enfrentar la creciente secularización. En su discurso inaugural, el nuevo papa hizo un llamado a una Iglesia misionera, dialogante y comprometida con la caridad, alentando a los fieles a caminar juntos hacia un futuro de paz y fraternidad.
Pero, ¿Por qué Robert Prevost eligió el nombre de León XIV para su papado?
Al aceptar su designación como sucesor de San Pedro, Prevost adoptó el nombre de León XIV, una elección simbólica que no se veía desde 1903. Esta decisión representa un retorno a una tradición papal poco común en la era moderna y proyecta un mensaje de continuidad y fortaleza.
El último pontífice en portar el nombre León fue León XIII, a través de este gesto, su nombre rinde homenaje a León XIII, conocido por su impulso a la doctrina social de la Iglesia a finales del siglo XIX.
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