A partir de septiembre, el distrito de Barnet en Londres implementará una política pionera que prohíbe el uso de teléfonos inteligentes en 103 escuelas primarias y 23 secundarias.
Esta iniciativa, respaldada por la organización benéfica Smartphone Free Childhood (SFC), busca crear un entorno de aprendizaje más saludable y libre de distracciones.

La organización benéfica ha implementado una política innovadora: a partir de este año, todos los nuevos estudiantes de Year 7 en el norte de Londres no podrán utilizar teléfonos inteligentes en la escuela hasta alcanzar Year 11. Esta iniciativa, según la SFC, marca un hito como la primera política de este tipo en el Reino Unido.
La SFC, junto con líderes escolares, Barnet Public Health y el diputado Dan Tomlinson, ha trabajado arduamente para hacer posible esta medida. Se estima que más de 63,000 niños se beneficiarán de un tiempo de aprendizaje de siete horas al día, sin la influencia de algoritmos adictivos.
Nova Eden, líder regional de SFC, destaca la correlación entre el uso de teléfonos inteligentes y el aumento de problemas de salud mental en los jóvenes. «Nuestro objetivo es proteger a los niños de los peligros asociados con estos dispositivos, permitiéndoles disfrutar de una infancia centrada en el juego y el desarrollo saludable», afirma Eden.
La SFC también aconseja a los padres posponer la compra de teléfonos inteligentes hasta que sus hijos tengan al menos 14 años y restringir el acceso a redes sociales hasta los 16. Además, se sugieren alternativas como teléfonos «ladrillo» que solo permiten llamadas y mensajes de texto.
Esta iniciativa se suma a un esfuerzo similar en Ealing, donde más de 70 escuelas primarias han decidido eliminar los teléfonos inteligentes. En total, 250 escuelas en el norte de Londres están trabajando hacia un futuro libre de estos dispositivos.
La SFC concluye: «Los niños no necesitan teléfonos inteligentes, necesitan una infancia. Es urgente que el gobierno actúe ahora».
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