LONDRES — El Gobierno británico ha propuesto una enmienda al proyecto de ley de seguridad fronteriza, asilo e inmigración que permitiría imponer etiquetas electrónicas y toques de queda nocturnos a delincuentes extranjeros que no puedan ser deportados.
La medida, presentada en la Cámara de los Comunes, está dirigida a inmigrantes que han sido condenados por delitos o considerados una amenaza para la seguridad pública, pero cuya expulsión no es viable debido a protecciones contempladas en la legislación de derechos humanos.
Según cifras del Ministerio del Interior, más de 18.000 delincuentes extranjeros permanecen en libertad dentro del país a la espera de deportación. El Gobierno solo ha deportado a 2.925 delincuentes extranjeros.
La legislación actual impide imponer condiciones como el monitoreo electrónico una vez que a una persona se le concede el derecho a permanecer en el país. La nueva propuesta busca cerrar esta brecha legal, incluso tras la concesión del estatus migratorio.
Las restricciones serían similares a las impuestas a sospechosos de terrorismo bajo las medidas de prevención e investigación (TPIMs), introducidas en 2011. El incumplimiento de estas condiciones podría conllevar penas de prisión.
Actualmente, todo extranjero condenado a una pena de prisión de 12 meses o más es susceptible de deportación. Sin embargo, algunos han logrado evitarla argumentando que su retorno violaría el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
El Gobierno ha reiterado su intención de reformar la legislación para limitar el uso de las leyes de derechos humanos en los tribunales como estrategia para evitar la expulsión.
Un portavoz del Gobierno aseguró que los ministros están “comprometidos a brindar justicia a las víctimas y mayor seguridad a nuestras comunidades”.
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