Los repartidores de grandes empresas como Deliveroo, Uber Eats, Stuart y Just Eat, realizaran otra huelga para exigir al gobierno una acción rápida para garantizar un trato justo y salvaguardar los derechos de los trabajadores.
Los trabajadores lidian con la dura realidad del aumento del costo de vida, yuxtapuesto al telón de fondo de una compensación y un reconocimiento inadecuado.
Una parte importante de estos trabajadores, muchos de los cuales son inmigrantes o el principal sostén familiar, soportan turnos agotadores que se extienden más de 13 horas diarias, sin un día de descanso.
El actual modelo de salario por hora, pretendido por estas empresas, no se alinea con la supuesta autonomía del trabajo por cuenta ajena, lo que sugiere que un esquema de compensación por entrega sería más adecuado. Sin embargo, el sistema existente desmiente una sombría historia de explotación y disminución del valor de la mano de obra, resumida en la miserable oferta de Deliveroo de £1,30 adicionales por entrega.
Es alarmante que, a medida que las empresas de reparto aumentan las tarifas que cobran a los restaurantes y a los consumidores, al mismo tiempo deprimen los ingresos de su fuerza laboral de reparto, que no ha visto ningún ajuste en las tarifas base de entrega durante cuatro años. Esta creciente disparidad no solo cuestiona el tejido ético de este modelo de negocio, sino que también subraya una flagrante supervisión del papel esencial que desempeñan los repartidores.
La inercia del gobierno y la necesidad de supervisión regulatoria resaltan una cuestión apremiante. Se requiere una acción rápida para garantizar un trato justo y salvaguardar los derechos de los trabajadores por encargo.
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