En el último golpe al costo de vida, llega “London’s council tax bombshell” (la bomba fiscal municipal de Londres), y significa que a los residentes de 15 de las 33 autoridades locales de la capital se les cobrará al menos £2000 a partir del próximo mes si viven en propiedades de Banda D o superior.
Las cifras publicadas hoy muestran que la factura más alta será en Kingston, cobrando £2,374 por año, mientras que la más barata se encontrará en Wandsworth, que ha congelado su parte del impuesto municipal, dejando a los residentes con una factura estándar de £961.
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Los otros ayuntamientos que pagan más de £2.000 de media son Bexley, Croydon, Harrow, Havering, Richmond, Sutton, Waltham Forest, Barking y Dagenham, Brent, Camden, Enfield, Haringey, Lewisham y Redbridge.
Ese coste medio de £2.000 es aproximadamente £700 más de lo que pagaban los residentes de la Banda D hace una década.
Los aumentos anuales de precios han coincidido con años de austeridad, pero en enero el gobierno anunció un paquete de apoyo adicional de, £600 millones para los ayuntamientos de toda Inglaterra.
Los Ayuntamientos de Londres, el organismo multipartidista que representa a los distritos de la capital, dijeron después del presupuesto del Canciller Jeremy Hunt a principios de este mes que seguían enfrentándose a una “restricción implacable” de sus fondos.
Es evidente que los ayuntamientos de Londres se enfrentan a enormes presiones de financiación. De hecho, muchos se encuentran al borde de un precipicio financiero, gracias a una tormenta perfecta de costos más altos y una demanda en constante aumento, particularmente de atención social y vivienda. Al mismo tiempo, han sufrido un recorte del 27% en términos reales en su poder adquisitivo central desde 2010, según la Asociación de Gobiernos Locales.
Pero en medio de lo que para millones de londinenses sigue siendo una crisis del costo de vida, los impuestos municipales más altos significan menos dinero para gastar en otros elementos esenciales de la vida, y mucho menos en pequeños placeres. Otro trago amargo que hay que tragar.
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